Hasta los más listos del lugar recurren al postureo para ejercer en la política. Se ha creado un lenguaje que no dice nada, aunque intenta demostrarlo todo. El parlamento es de papel (titulares) y los ayuntamientos no pasan de debatir cómo montar una procesión cívica. Todo un neolenguaje que encierra dificultades para saber gobernar en unos y en otros para ejercer la oposición. Todos quieren quedar bien. Unos no aguantan una crítica y otros recurren a tópicos mayúsculos: A Alberto Fabra lo nombraron a dedo, él nombró a dedo a quién quiso y ahora dice que no es partidario del dedazo. ¡¡Deu meu!!
Considero a Fernando Giner (concejal de Ciudadanos en el ayuntamiento de Valencia) una de las cabezas mejor amuebladas del panorama político valenciano y el mejor gestor que podría tener Valencia.
Por eso me quedo sorprendido cuando monta una rueda de prensa en una plaza del Cabanyal, haciendo suyo todo el lenguaje y puesta en escena que han utilizado Podemos, PSOE y Compromís para ganar el poder el 24 M. A fuerza de querer ser original Giner recurre a la copia.
¿Y por qué Giner, con un discurso bien construido, recurre a este nelonguaje conceptual? Pues porque ganadas las elecciones ganadores o perdedores no asumen que hay que gobernar o que hay que hacer oposición. Y ahora toca otra cosa.
Los que gobiernan en la Generalitat y ayuntamientos siguen en las trincheras y el PPCV ha dejado pasar casi dos meses sin asumir que solo son oposición. Van a las fiestas populares pensando que los van a recibir con banderitas. Por eso Enric Nomdedeu dice que unos tienen que aprender a ser gobierno y otros a ser oposición. Le copio la frase.
LAS CLASES OPRIMIDAS
El neolenguaje que se ha puesto de moda en la política española lo define muy claramente su creador (George Lakoff) cuando dice que trata de estructurar unos conceptos a través de otros. La rueda de prensa de Giner en el Cabanyal es una forma de demostrar que Ciudadanos está con los más indefensos de la sociedad (los que llaman desafiliados).
¿Pero es válido ese lenguaje cuando hay que ejercer como gobierno o como oposición? ¿O hay que arremangarse y ponerse a la faena de las decisiones?
PARLAMENTO DE CAFE
Mónica Oltra dice que si hay voluntad en 15 días puede quedar arreglado lo de la financiación autonómica. ¿Cómo puede frivolizarse así con un tema de Estado? Es el neolenguaje de la divinidad que todo lo resuelve en siete días. Adanes.
¿Cómo puede estar todavía Isabel Bonig con el discurso de las dos cabezas en el Consell? Es cierto. Por supuesto. Pero no es un argumento político desde la oposición. Como mucho es un titular de periódico de papel. ¿Cuándo el PPCV se dará cuenta que son oposición?
Ese neolenguaje fue una herramienta importante durante la precampaña de dos años. E incluso para las elecciones generales. ¿Pero sirve para realizar los cambios estructurales que se espera hagan los nuevos y deseados gobiernos municipales y autonómico?
Hasta ahora de todo eso no he oído nada. Recojo este análisis que el domingo hacía Oriol Bohigas en La Vanguardia (leer) como muestra de cómo puede analizarse la nueva situación política. ¿Alguien en Valencia es capaz de hacer esto? ¿Alguien en los nuevos ayuntamientos es capaz de ir más allá de las bicicletas o hacer ruedas de prensa en jardines y plazas?
EL CARIÑO VERDADERO
Los nuevos no quieren ser odiados y los antiguos no quieren dejar de ser queridos. Por eso nadie mueve pieza. Pero para gobernar hay que pisar callos, sobre todo cuando durante los últimos años se ha utilizado el efecto adormidera para generar adicciones políticas. Si quieres cambiar cosas y quitas la adormidera ya la tienes montada.
En Castellón no quiere seguir subvencionando a las asociaciones de vecinos. Y han tardado horas en la Marjal para sublevarse contra el nuevo orden alegando una cuestión de protocolo. Aprender a gobernar es tomar decisiones y generar desamores. ¿Van a superar los nuevos este trauma?
En Madrid, la alcaldesa Manuela Carmena, ya ha echado atrás la web por la que quería informar directamente a los ciudadanos de sus decisiones. Demasiadas críticas de la casta periodística y publicitaria dominante que veían peligrar su cotizado papel de intermediarios. Gobernar es duro. Ayer te quieren y hoy te odian.
La cuestión pues es buscar el plus en el valor añadido que el gobernante pueda ofrecer a la ciudadanía por encima de la vacuidad de muchas palabras. Mariano Rajoy ofrece unos resultados económicos magníficos (la EPA de esta semana será espectacular), pero es solo un dato técnico. ¿Basta con el lenguaje de las estadísticas para recuperar el amor electoral perdido? Este será un tema clave para las generales de noviembre.
@jmontesinos
